8/29/2009

Para Azul....


Una vez... mendigando por mis fantasías, me pregunté si acaso en aquellas montañas vivían seres ajenos a lo que de este mundo conozco. No sé si mis ojos han explorado en su totalidad el bazaar de ilusiones que custodia la realidad o si son infinitas las posibilidades,como el movimiento de una espiral...

En el cielo dos nubes colapsan y una gota de líquido celeste rueda por mi frente... El viento susurra un sonido extraño como si hablara otra lengua y con él, crujen los árboles. Luego un relámpago en el cielo ilumina mi visión.... y el cielo deja caer su llanto sobre mi.

Tengo los ojos fijos en las montañas. A lo lejos, no sé si me engaña la noche, pero juro que debajo de aquel árbol algo se ha movido. Si fuese yo la niña que hace unos años era, hubiese corrido aterrada a refugiarme en las paredes de la casa. Pero esta vez mis pies se han unido al suelo y no encuentro como ir hacia atrás... o hacia adelante.

Asi que sueño. Imagino que es un hombre de las estrellas... una luz azul que ha venido a alumbrar la noche. Me he quedado ahí parada para no perder la perspectiva. Y aunque la naturaleza en su arrebato amenaza con hacerme daño, una profunda tranquilidad se apodera de mí...

5/20/2009

La ventana al Universo...


Vamos a ver. Aja... un cuento.

Bienvenido a mi universo... à ton maison, a la gruta de los placeres. Me pareció de mal gusto la primera vez que la vi. Demasiado shock, aunque ninguna provocación. Perdonen, pero no debo adjuntar la foto... aunque se llama así: Welcome to the universe.

En la foto un sujeto vistiendo sólo lo que por naturaleza lleva, su piel. No se le ve el rostro, ni los pies, ni el torso... está de espaldas y no se le alcanza a ver el cabello. En el centro de la composición un orificio... una gruta natural que no ha expandido la naturaleza si no más bien un deseo contra natura que tan natural ya se me hace.

Decía allí: Welcome to the universe.... pero ese no es mi universo. En mi universo quizás es menos estirado, bastante, y jamás lo había visto de ese color carmesí que recuerda que por dentro somos una masa de carne y sangre.

Por hoy, había prometido un cuento. Pero no se me va la imagen de la cabeza. Esas cosas extrañas sólo se encuentran cuando no se buscan. Son... como un ready made de Duchamp. Solo que yo sí me he hecho la pregunta, y no precisamente por el arte. Me digo.... cómo, sin romperse, se puede estirar así?

He visto la foto de un hombre desnudo, de espaldas y agachado estirando con sus manos las paredes sonrojadas de su ano.... El agujero alcanzaba casi cuatro pulgadas de diámetro, o tal vez exagero, pero me decía: Bienvenida al universo! Me invitaba: Le cul du monde! Como si dentro de ese agujero se pudieran imaginar distantes galaxias, estrellas y meteoros perdidos en la eternidad de sus paredes de carne. Para mi sorpresa estaba colgada en una página de arte... de ARTE! Pero en esta época tan posmo ya nada debe sorprenderme...

2/08/2009

Daniela no dejó de mirar las estrellas


Daniela no dejó de mirar las estrellas. Dormida bajo un pedazo de cielo gris, miraba con los ojos cerrados infinitos puntos distantes de otros cielos que nos verían, tal vez, a nosotros también como a una estrella. Todas las noches soñaba que al final de la tarde, cuando se levanta la cortina crepuscular, ocurría una explosión. Y millones de trozos en el firmamento corrían veloz a buscar distancia, huyendo como estrellas fugaces, esparciéndose… Luego pasaba Ares en su carro de oro, y una a una las iba recogiendo.

12/23/2008

Tuve un sueño...


Había castillos entre nubes, galaxias, nebulosas y caras que salían de ellas... Habían páginas repletas de símbolos antiguos; algunos egipcios y otros que no llegué a reconocer. Pero todo esto se trataba de un secreto revelado a la mente de algún autor por unos extraterrestres... "El secreto del alien" se llamaba. No sé si en la realidad existe, o si tal vez lo escribiré yo en un futuro... pero así lo he soñado.

Como todas las cosas que desconozco, escribí su nombre en el browser (por si me daba resultados) e inicié la búsqueda en Google, que de por cierto hoy tenía un diseño muy bonito.... sólo unos títulos parecidos, ninguno igual. Chopra entre los autores. Pero ninguna portada como la de mi libro, el que soñé...

12/11/2008

A seis días de un año....


Regreso como regresan siempre las olas a la orilla... Quizás, hace un año cuando dije adios, pensé que no volvería escribir sobre este papel cibernético. Pero las palabras se las lleva el viento, y sin embargo, he vuelto....

No esperen de mí las historias que ya en otros tiempos he contado. Ha sido un año lleno de tormentosas sorpresas, pero regalos al fin. Quiero.... renovar mis entradas, que todo el mundo sepa que me llegó el amor. Y se fue...

Este año que se acaba, para mí fue el más importante de mi vida. Me he llenado de experiencias que jamás pensé vivir, de momentos que de pronto me encontraron desprevenida... de un futuro que se abre, nuevo, para crearlo con mis manos... sólo con ellas.

Me he dedicado a pintar mi universo. La espuma del mar, la canción del viento, todo vuelve a mí para compensar el calor de esos labios que ya no me besan. Pero regreso para ser yo, más mujer, más mia. Para poseer en mí misma toda la fuerza vital que ayer se agotó, y que ahora vuelve a ser.

Ya no soy la de antes, no. Pero sigue en mí la misma. Yo soy la mujer que superando vidas se agarra en sí misma para dar vida a la muerte. La que en fotos amarillas sepulta la tierra que sus pies han tocado. Yo vine aquí para ser ese ser anacrónico en las historias que hace años luz nuestros hijos contarán a sus hijos. Llena de mitos y contradicción, de una vida poeta, de una muerte artista. Y allá me verán, quizás, burlando casualidades y ahogando con mi voz el silencio.

De pequeña siempre quize morir pronto para ser fantasma. ¿Qué futuro magnífico guardarán para mí esas vidas más allá de esta vida? Debe ser que el presente se repite una y otra vez, y por eso nos parece infinita la agonía de estar vivos.... de acercarnos más a la muerte cada segundo que pasa... que nos aleja más y más del instante en que nacimos; pero que un día de repente, nos devuelve a la panza esférica que nos volverá a traer. Somos polvo y nada más.... eso dicen.

12/24/2007

Por no escuchar a las mujeres...


Yo es que me quiero tirar por el balcón. Me dije angustiado soltando un largo suspiro mientras me escapaba de tanta verguenza. Hace unos segundos sentí que tenía el control. Que nada aunque quisiera, podría salir mal. Cinco meses estuve preparando cada detalle: practiqué las palabras, las miradas, como arrodillar una pierna y extender mi mano hacia ella para pedir la suya. Pero debí haberlo imaginado. A ella no le gustaban las pomposidades ni las fiestas de sociedad. Yo lo sabía. Me lo había dicho. En su vida nunca quiso un segundo de atención. Odiaba que la mirasen, que la notasen, que la reconociesen. Pero a mi eso me sonaba a mentira. Al final, decidí sorprenderla con el romanticismo que se ve en las películas. Creí que ella secretamente lo deseaba. Sí. Porque ese es el sueño de toda mujer.... eso y ser madres.

Una vez la sorprendí con unas revistas de boda y le puse el anillo colgando de la ficha de subscripción.

Sus amigas estaban allí, todas ellas con la mano en la boca fingiendo sorpresa. Raquel y yo hace un mes que no nos hablamos. Me dijo que no ese mismo día, frente a sus amigas. Frente a todas ellas... Todavía las risas me taladran los oidos.

12/17/2007

Estimados lectores, he vuelto para nunca regresar....


He vuelto.... hace mucho no venía a escribir. Pero aquí estoy. Les dejo saber que mi vida ha terminado; me retiro y dejo una sombra en mi lugar... para que les hable de los temas esotéricos de los que siempre habla. Para que los empache con su poesía de pacotilla. Hemos regresado a la era del bosque, a los cuentitos en clave que sólo dos entienden.... hemos concluido la era del éter. Ahora se avecinan tiempos inciertos, donde puede que un cuento escupa mi morboso sabor. Los dejo aquí, porque me voy, y no sé si vuelva. Pero los dejo, pobres de ustedes, con esa sombra funesta que asesina cada cuento con el don y el privilegio de no saber escribir. . .


hasta siempre,
Ëthel

8/28/2007

La nena ya no tiene quien la quiera



No hay cuchillos en la casa, mamá los escondió todos de la nena… a la nena le prohibieron la entrada a la cocina. Sucedió de noche, cuando ya nadie la estaba vigilando. Bajó la gran escalera de espiral, con los pies desnudos, hasta tocar el piso de la sala. La casa es un poco grande, pero si se saben todos los pasos que hay que dar, se puede llegar rápido al refrigerador. Abre la puerta de la cocina, con cuidado para que no rechine, y ve que no hay ningún cocinero que la descubra. Abre la nevera, le mete bocado a lo primero que encuentra y regresa a la cama. Crimen perfecto. La nena lo hace todas las noches. En la casa ya todos han empezado a sospechar. Mamá abre los ojos cuando escucha la puerta de la nena abrirse. La ve escurrirse a la cocina, la sigue; la encuentra con las manos llenas de tarta.

Vas a parecer una bola de lo gorda que te vas a poner, y entonces ya nadie te va a querer; y en la escuela se van a burlar de ti.

La otra noche la nena pensó en eso, se miró en el espejo, una mordida al pollo que sobró de la cena no hace daño. Bajó la escalera de caracol, mamá no la escucha ya.

En la escuela todas las niñas parecen princesitas. Todas con sus uniformes pegaditos al cuerpo, muy entalladitos. A la nena se le ha visto últimamente con la cara más redonda; mamá le ha soltado un poco el entalle del uniforme para que luzca más delgada. Mamá también le dijo al cocinero que ya no hay postre para la nena. Todas las noches, la niña va a por el trozo de pastel.

¡Lola la bola! ¡Lola la bola! Le cantan en la escuela… la nena llora.

Pasó de noche, cuando mamá no se podía dar cuenta. Bajó la gran escalera de espiral hasta donde se lo permitió la fatiga. En la pared de al frente hay un espejo muy grande. La nena se mira y no se reconoce. Piensa que es otra que invade su cuerpo, se la quiere quitar…. Baja quince escalones de inmediato, hasta que los dedos desnudos tocan el piso. Corre un poco, cruza la enorme sala, por fin llega hasta la cocina. Se detiene. Mira el refrigerador. Se adelanta un poco para abrir la puerta. Titubea, mira mejor hacia el fregadero, las gavetas…. Recuerda a la niña del espejo. ¡Maldita seas Lola! Se la quiere quitar. Abre una gaveta, saca de ella un cuchillo y con la mano temblorosa y los párpados bien apretados, intenta deshacerse de los rollitos de su cintura. Así como el cocinero le enseño a quitarle la grasa a un puerco. Pero mamá abre los ojos, parece un cerdo que chilla en la cocina. Vistiendo la piel pegadita al hueso baja la escalera. La nena ya no llora.

Lola se despierta en una cama de hospital. Se toca la cara, dos huesos sobresalen. Se toca más, le duele la piel. Lleva poco más de un mes ahí acostada. Una enfermera le sirve un postre, para que coma, porque a nadie le gustan las niñas muy delgadas. Lola rechaza el postre. Se mira por encima y recuerda lo que pasó. No extraña su antiguo cuerpo; pero este tampoco le gusta. Pide que le traigan el postre. Lo mira con desconfianza. Ya la nena no encuentra que hacer. Se atraganta la comida; acto seguido la vomita. Busca algo más para comer, está muy flaca le dijo la enfermera.

Si sigues así de flaca ya nadie te va a querer, le dice la madre que entra por la puerta.

Mamá le trae un emparedado de jamón. Lola lo come y lo vomita. Pide otro, pasa lo mismo... otro, no ve cuando parar. A la nena se le fueron 10 kilos en el hospital. De vuelta al colegio las otras niñas la miran con horror.

Lola tiene la piel "old fashion". Han pasado a penas unos meses del incidente, y en la escuela los niños no la molestan más. Parecen estar en "shock". La nena es ahora una niña normal, excepto por las cicatrices en su abdomen. Es toda una princesita en uniforme, como las demás niñas del cole; sólo que ya no es moda estar tan flaca. Lola todas las noches intenta volver a bajar la escalera de espiral. Se debate entre el comer y el no comer. ¿Qué hace la nena para que no se le vaya la grasa al cuerpo después de comer? ¿Qué hace la nena para que no se le vaya la piel a los huesos después de vomitar? Después de lo que pasó, los cuchillos no son opción para la Lola. Mamá, por las noches no duerme, para que no se le escape la nena a la cocina.

7/08/2007

Carta para un Anónimo:


Todavía hay cosas muy crueles que le digo a la gente para que no me vuelva a suceder. Me prometí mí misma que no me dejaría otra vez expresar palabras bonitas sin un seguro de prueba. Yo no quise enamorarme de ti. Sólo que la presión a la que me sentía para entonces sometida hizo que te pensara diferente a lo que suelo pensar sobre otros como tu. Jamás sentí que hacía el ridículo contigo, actuaba con naturalidad, pero muchas veces me llegué a sentir rechazada. A veces era yo la que empujaba las cosas y muchas veces soñé contigo. Y te lo decía…Soñaba que te tenía cerca, que me querías, que yo te quería a ti. Pero luego descubrí que te gustaban las niñas de diecisiete y de habla no tradicional. Esas niñas de círculos exclusivos y personalidad encantadora. A ti te gustan delgadas, rubias, de ojos grandes y sonrisa lustrosas; así como no soy yo. Te gustan por las fotos atrevidas, los circuitos cancelados, las sonrisas practicadas y esa mueca adorable que hacen todas cuando tratan de ser feas. A mí sin embargo, me tenías todo el tiempo, a la mano, como muestra de perfume que recoges del periódico. Mis fotos no alteradas, no te hicieron delirar como las de ellas… pero yo soy real. A mí si lo intentas, me puedes tocar. Y yo todavía sufro escuchando conversaciones que no me pertenecen, leyendo comentarios de superficie para gente que jamás te va a ver. Gente que no comprende que tu voz suena algo extraño, que hueles a perfume de bebé, y que cuando hablas, nunca miras a la cara. Yo comprendo que no me quieras, y para ser más franca, nunca pretendí robar ni un segundo de tu cariño. Yo sólo quería que me miraras a los ojos y me tuvieras en tu mente. Lejos de compromisos y conversaciones de espejo, yo quería tenerte de frente sin obligarte a nada.

Yo sé que te incomoda encontrarme sentada cada medio día debajo del almendro. Improvisando saludos, para cumplir. Muchas veces procuraste caminar de largo para no mirarme; por si yo no te había visto, para no cruzar palabras. Encontrarme allí sentada te compromete al abrazo forzado de un saludo que no quieres dar. Pero eso es lo único que te puedo sacar, un buenos días a media mañana. Y estoy segura que jamás imaginaste que me encontrarías no sólo en el almendro, sino también sentada muy cerca en el pupitre de un salón al que muy pronto dejastes de ir.

Yo no sé si es por mí que ya no te quiero, o si es que me pega fuerte esta vez, por ser la primera, que siento la crueldad del rechazo. Pero al leer que le decías mía a una piel extranjera, dejé de tejer los sonidos de tu boca en mis sueños. Y de pensar que algún día yo podría estar tejiendo mis palabras en los tuyos.

No te puedo explicar cómo siento, porque ya no siento nada. Pero quiero decirte que todavía guardo muy en el fondo pedazos de esos sueños rotos que olvidé para no herir más mis pensamientos; con la ilusión de que algún día los vuelva a imaginar en otra cara, en otro tiempo, con otro nombre…

6/30/2007

En la casa todos duermen a las doce






Todos a sus camas cuando dieron las doce. Todos los cuartos cerrados a llave, por si algo más intentaba entrar.




Estela fue la última en salir del baño, ya todos dormían; o eso creyó. La puerta de su cuarto era la única abierta , el pasillo parecía un largo corredor de hospital; el baño le quedaba lejos. Tomó sus cosas y corrió hasta su cuarto. En el fondo una puerta se abría, Estela no pudo mirar más para atrás. Cerró la puerta. Sintió unos pasos. Una hora más tarde abrió los ojos y vió que estaba muerta.




Susurros de muerte, olor a carne cruda y mutilada. Tenía un gancho oxidado atravesándole la yugular. Estela no podía gritar. Todos duermen en la casa, nadie respira. La puerta del baño está abierta. Se escuchan pasos de vez en cuando. Nadie escucha, ni siquiera Estela. En la casa todos duermen a las doce en punto.




El baño es el lugar más peligroso de la casa, jamás seas la última en bañarte. En la oscuridad viven cosas ajenas a nuestra realidad. No te tardes, Estela, no te tardes.




Una mano te tocó la espalda en la bañera. Abristes los ojos, mirastes de prisa, no vistes nada. El agua caliente se acaba. Te sales de la ducha y ves el vapor flotar en el espejo. Afuera alguien tira una puerta. Das un salto, miras que la puerta esté cerrada. Ese día se te olvidó ponerle llave. Algo en el espejo no está bien. Sientes que alguien te observa, sientes miedo de quitarle la vista al espejo. Hoy eres la última en bañarte.




Desde muy niña te daba miedo el espejo en el baño. Tu abuela te decía que un espejo era el portal a otros mundos. De allí salen cosas malvadas, ten cuidado, nunca seas la última en bañarte. La abuela murió de un ataque de pánico. Hoy lo recuerdas; y sientes un escalofrío correr por tu espalda. Miedo de quitar la vista y encontrar otra cosa al regresarla, nos pasa a todos; miedo de lavarte la boca, de frotarte la cara con agua. Es un miedo instintivo, porque sabes que hoy te toca a tí.




Así que recojes tus cosas, y corres del lugar más peligroso. Una nube de vapor te sigue los pasos, y logras llegar a tu cuarto, donde hace media hora te espera la cama. En la casa todos duermen a las doce en punto, tú lo sabes. Escuchas que se tira una puerta, en la casa todos duermen. Pasos acelerados, te revientan la yugular, caes reonda al suelo olorosa a jabón perfumado. Despiertas de una vez, abres los ojos... Estela murió de un ataque de pánico.

6/09/2007

Cuando era mujer...


Anda que te quiero ver. Y retiró con sus manos el camisón que llevaba puesto, poco a poco, para no lastimar mi pudor. Así, lentamente, sentí sus manos bajar por mis hombros. Cerré los ojos y respiré profundo.

El verano pasado me diagnosticaron cáncer de seno. Me dijo el doctor que había encontrado varios nódulos alojados en mi seno izquierdo después de una mamografía. Que aquello no era nada para preocuparse, pero que aún así debía hacerme unos estudios de rutina; y de una vez realizarme una biopsia. Esa noche lloré desnuda frente al espejo acariciando mi pecho izquierdo, de espaldas a la cama. Los siguientes meses recibí quimioterapia para combatir el cáncer. Se me calló el pelo en las cejas, los brazos, las piernas y la única evidencia de cabello en mi cuerpo la conservaron mis pestañas. A mi esposo le pedí que me rapara la cabeza, lo hizo llorando, y yo al final no pude más. Luego vino la radioterapia y sentí que cada onda de radiación me quemaba un segundo de vida. El día 12 de octubre entré al quirófano. Decía el doctor que el tratamiento había dado resultado aunque todavía quedaba amputar el seno. Que si luego quería una operación de implantes, el plan lo cubriría todo. Y terminé hecha media mujer.

Todavía estás guapa. Y me besó. Su mano acariciando mi pecho plano, donde ya no quedaba nada, sólo una cicatriz grotesca, donde faltaba un pezón. Era la primera vez que lo dejaba verme desnuda luego de la operación. Y ahí estaba él diciéndome que me veía guapa. Como cuando era mujer.

5/27/2007

Donde hay necesidad de huir...




"Sometimes when I'm alone I wonder

Is there a spell that I'm under,
Keeping me from seeing the real thing?"


Love hurts
Incubus


A veces sola pienso
Que no necesito un vale
Para echar a andar las ganas
De gritarles que me voy

Que no debería espara nada
Porque nada puedo darles

A veces pienso

Que no puedo ser yo

Que quisiera levantarme mañana
Y volar como las mariposas
Sin pensar que en veinticuatro horas
Tendré que morir


Que debería saltar las verjas
Y correr, sólo correr
Hasta que no quede nada
Ningún rincón al que escapar

A veces sola pienso
Que aquí sentada donde estoy
Ya no hay mucho que hacer
Que necesito salir

Que si no escribo me ahogo

Que a veces me ahogo para escribir

Y quizás lo mejor sea eso
Para no tener que pensar sola más

5/25/2007

Lo que escribí mientras te escuchaba cantar... (algo que escribí hace mucho tiempo)


Cuando el mundo cambia sin sentido, de la noche a la mañana, y desnuda te encuentras ante las cosas que antes fueron y que ahora podrían ser, se te vuelve la conciencia. ¡Jamás pensé levantarme de mis cenizas como el ave fénix... como él, como solía hacer yo!
Hace unos días calciné mi cuerpo entero, y el olor a carne quemada se sumaba a los gritos siniestros que mi boca lanzaba, pero todo aquello superaba a penas lo que mi alma sentía. Quería morir de la forma más horrible, la más pura, la más eficiente. Cenizas quedé y como ceniza caí al suelo cuando un viento áspero me devolvió a los cielos. Sentí que me alzaba completa, mi consciencia adherida a las cenizas se esparcía por los aires para buscarte, para desacerse en tí.
Volé con el viento por montes y praderas, me sumergí en las oscuras veredas de un bosque y me bañe con el mar en las aguas de tu alcoba... Y te encontré dormido, inocente, ajeno; tu hombro encendido en fuego. Justo ahí donde dormías reencarne mi cuerpo a través del cristal de un espejo. Y al despertarte y mirar, encontraste tus ojos en los míos. Allí parado frente al cristal que nos dividía, pusiste una mano en el espejo para tocarme y ella sin prisa resbaló por aquella superficie mojada y fue a parar allí, donde estaba yo.
Con mi voz susurre canciones a tu oido y como quien vive añorando la ninez temprana, posaste la cabeza en mi pecho y te quedaste dormido. Yo te arrullaba con palabras encantadas y te adentré en mis sueños. Allí, tu eras lo uno con lo mío y al mirar tu piel verías mi piel.
Yo te fui envolviendo con mis canciones hasta que quedaste preso de mi voz.
Y el momento en que quemándome viva sentí que te a tí te quemaba el mismo fuego, no pude parar de llorar. Mi cuerpo sufrido por las llamas te reclamaba muy adentro; pero el fuego se hizo para separar, para luego unir. Mis cenizas al momento de caer se vieron desprendidas del polvo en tus manos. Y tú te volviste viento y me llevaste a cuestas contigo, a ese bosque, donde quería estar yo...

4/28/2007

El incendio en la casa de muñecas


De pequeña jugaba con barbies. Con muñecas no, aunque las tenía. Pero es que a mí me gustaba más esa rubia despampanante con los pechos de plástico, como esas que suelen verse por ahí.

Se llamaba Paulina, mi muñeca; y vivía con sus amigas Teresa y Kira en un piso que les rentaba Barbie por quinientos dólares al mes. ¡Vaya cucarachero! Y no es que me queje, pero la Barbie tenía una mansión para ella sola. De vez en cuando Ken la venía a visitar. Siempre llegaba en su carro deportivo, y en comparación con sus amigos Mitch, Gargantilla y Cuellolargo, era todo un galán. Paulina y Ken discutían mucho. ¡La Barbie esa no te quita el ojo! Parece que no tiene suficiente con tus tres amigos- le gritaba ella indignada. ¡Si es que ya decía yo que era una fleje! ¡Pero que no me busque, ah! Y lo amenazaba con el dedo. Aparte de las constantes peleas, eran muy felices. Él las ayudaba con el pago de la renta. Y cuando Barbie se quedó sin trabajo y decidió aumentar el alquiler, se mudaron a la casa de muñecas. La casa de muñecas era un hogar para señoritas dirigido por la señora Olivia. Allí vivían más de cuarenta señoritas de todos los lugares,desde Playdoll a Fisherprice. Teresa ,Kira y Paulina eran las únicas de Matel. Por eso las envidiaban las demás. Están hechas de un plástico esquicito y el pelo les cubre toda la cabeza. Eso alegaba Jacinta, una muñeca de farmacia con aparentes trastornos mentales cuya cabeza era demasiado grande para su cuerpo; y que tenía cabello sólo en la parte frontal del cráneo. En esa casa vivieron más de dos años. Allí terminaron los estudios y aprendieron a cocinar. Los primeros meses a las demás se les hacía raro que Kira y Teresa pasaran tanto tiempo encerradas en el baño. Pero no había que olvidar que muchas en la casa tenían la misma costumbre. Con el tiempo montaron un restaurante. Con el tiempo también, se enteraron que Barbie se recuperaba en una clínica para adictos a la heroína. La fueron a visitar, y les contó que cuando la despidieron de Hooters pensó que su vida había terminado. Pasó por muchas etapas depresivas y se dedicó por varios meses al tráfico de drogas ilegales. Así fue que tuvo acceso a la heroína. Era lo único que me hacía sentir viva, afirmaba. Ya hacía dos meses que estaba internada. Le confesó a Paulina que Ken venía muy a menudo a visitarla, él mismo la había llevado a internar. Lo sé, él fue quien me dijo que estabas aquí. Me pidió que te fueramos a visitar. Pero hace más de cuatro meses que no andamos. A Barbie parecía que le brillaban los ojos. Y desde una esquina, Kira la miraba con desdén. No volvieron a visitarla más. Meses después Ken le suplicó a Pau que volviera con él. Ella lo rechazó. Ahora salía con un nativo de las islas Galápagos que había conocido por Internet. Se llamaba Kocoom, y era atleta en su país. Y es que ya ven, la globalización... Ken la persiguió por varios días. Y en la casa se escuchaban rumores de que ya habían vuelto otra vez. Pero Paulina negó que se siguieran viendo y le puso una orden de protección para que no quedaran dudas. Cuando éste se enteró de la orden, no insistió más. Una vez escuché decir a Jacinta que el antiguo novio de Paulina se había mudado con Barbie; y vi la mueca angustiosa que hizo Pau al enterarse. Pienso que todavía lo quiere.El invierno de ese mismo año, en la casa de muñecas, ocurrió una tragedia. Un día en que celebraban el cumpleaños de Tori, una de las inquilinas, se desató un incendio en la planta baja. Como era de suponerse en estos casos, la histeria de las muchachas impidió que alguna pudiera escapar. Todas murieron, incluída la señora Olivia.Y dicen las malas lenguas que aquel incendio fue provocado. De la casa no quedó nada, y el olor a plástico quemado impregnó todo el vecindario por varios años. Y no es que se halla quedado la peste, sino que nadie pudo olvidar
ese olor.

El día en que ocurrió el incendio, mi mamá me quitó las muñecas y no volví a jugar más con las barbies. Después del incidente con los potes de alcoholado de abuela, que quemara la casa de muñecas ya era el colmo. Desde entonces tengo un ejército de GI Joes que baila el virazón y una muñeca Xuxa de casi un metro que le encanta pegarle sustos a mi hermana en el baño...

4/20/2007

99:99


No para de reirse. Se quizo suicidar poniendo su cabeza en un microhondas. Hace tiempo que busca el significado de la muerte. La gringa mató a su poodle así también, me dijo. No quería matarlo. Sólo buscaba una forma de secarlo. ¡Qué bruta! Cuando lo sacó estaba listo para comer... pobre perro. Antonio se quiere matar así. Lo ha visto en una película. Pero no puede. La risa no lo deja. ¿Te imaginas mi cara hecha popcorn?, me dice. Tú no eres de maíz. Se ríe mucho. Me ha ordenado que no deje a nadie entrar al cuarto. No quiere que nadie lo vea morir de forma tan estúpida. Para eso me ha escogido a mí. Yo no me río. Está arrodillado en el piso, puso el micro en la cama porque muy cerca está el interruptor. Ayer trató de matarse dejando que un centavo le callera desde lo más alto de un rascacielos. Decía él que al caer desde tan alto la velocidad con la que caía provocaba que su peso se multiplicara considerablemente. Según él, al momento de tocar el piso lo partiría en dos y quedaría enterrado una pulgada en el cemento. El centavo lo he tirado yo, pero sólo le ha quedado una marca superficial en la cabeza. Ahora intenta lo mismo con un microhondas. Esta vez me afirmó que las ondas de radiación entrarían por la marca del centavo dándole una muerte instantánea. Lo veo allí arrodillado, con la cabeza dentro del microhondas, pulsando los minutos con su dedo. 99:99 pulsa. Lo tenía bien medido. Se quiere quemar en más de una hora. Por culpa de su cuello la tapa no cierra. Grita algo así como, ¡mierda! y me pide ayuda. Quiere que busque algo con qué agujerear el fondo para poder meter la cabeza y cerrar la tapa. Voy rápido en busca de un cuchillo o cualquier cosa que pueda servir. Sé que es mi mejor amigo, pero quiero verlo morir. Por estúpido. Hacemos un boquete. Mete la cabeza. Cierra la tapa. Aprieto el botón que dice start pero no funciona. ¿Me oites Tony? No funciona. Lo escucho gritar improperios desde adentro. Debimos haber dañado algún cable cuando hicimos el boquete. Saca la cabeza. Quiere intentar algo nuevo. Se sienta en la cama a pensar un rato. Nada. Yo lo miro fastidiada. Quisiera irme. Nada. Tony se levanta. Me mira. Busca el mismo cuchillo con que abrimos la caja del micro. ¿Qué haces? Se dirige hacia mí. ¿Qué haces Antonio? Me dice que ya sabe qué hacer. Hará algo que nunca había intentado. Me matará a mí. ¿Estás loco? No. Me ha dicho que ya sabe por qué no han funcionado sus otros intentos. Porque son muy estúpidos, le digo. No. Es porque estás tú allí. ¿Yo? ¿Y eso qué tiene que ver? Se acerca más. El de las ideas estúpidas eres tú. Te mataré y luego beberé un vaneno, cómo Sócrates, moriré hablando de la muerte. Me pongo nerviosa. ¿Qué es la muerte? No me preguntes eso, todavía no te he matado. ¿Qué es la muerte? Se acerca lento. Me tiembla la voz. ¿Qué es la muerte? Ya está muy cerca. ¿Qué es la muer... siento que perfora mi estómago. Dímelo tú.

Antes de que salga el sol


Antes de que salga el sol
Por el vientre de lo oscuro
Te estaré esperando
Para perderme en ti.

Con la luna abierta a mis ojos
Te esperaré entre sombras
Con el tiempo aquí presente
Donde mismo te busqué.

Me apretaré las heridas
Cantaré mi voz al cielo
Sofocando sueños viejos
Hasta verte regresar.

Y si llegase a amanecer
Y yo estando aquí en la arena
Con la cástula vestida
Y no llegas hasta aquí;

Me fundiré en las olas
Que no me toque la tierra
Para seguir esperando
Otra noche, otro mar.

4/14/2007

La culebra


Hola. Me llamo Sofía, y me siento culpable de ser todo un exito.

Jamás he movido un dedo, me burlo de todo el mundo, le huyo a los compromisos, no me identifico con nada, no tengo seriedad por las cosas, no me preocupa la muerte, jamás me tomo el riesgo, nunca pienso en los demás, odio la religión, también la política, sólo quiero a mis perros, sospecho que soy asexual, me río de las desgracias de los demás, no me considero una buena persona... y aún así, todo siempre me sale estupendamente bien.

Estoy consciente de que debo caerle muy mal a Dios. Digo, si tan sólo existiera...Mi filosofía consiste en joder al prójimo, reírme de sus creencias, jugar con su mente... hacerlo dudar de sí. Nadie lo sospecha, se piensan que les hago un favor. Para eso sé mentir muy bien, es un don que me viene de familia.

A veces de pequeña pateaba a mis compañeros para que no dudaran en ejercer mi suprema voluntad. Por eso nunca tuve amigos, todos eran súbditos o simples seguidores.

Había gente que jugaba a imitarme. A esos les recordaba que nadie podía ser como yo. Yo estaba muy arriba de ellos, más allá de las nubes. Nadie puede superar mi forma de ser.

Ya más grande, me dediqué a ser la lider. Ya no les pegaba, ahora que ya eran mayores era más fácil jugar con sus mentes, manipularlos de tal forma que nunca dejaran de pensar en mis palabras.

Ese ha sido mi gran éxito. Disfruto sabiendo que la gente comienza a cuestionar todo en lo que siempre han creído por causa de lo que digo. Mis palabras son siempre premeditadas, rellenas con toda la mala intención. Para que piensen.

En el colegio donde estudié siempre di problemas en el departamento de vida cristiana. Ninguno de ellos podía entender porqué no creía en Dios. En las clases ponía en tela de juicio la naturaleza onmipotente de su deidad. Después de todo él no podía hacer que le amáramos, cosa que siempre le restó poder. Nunca me sedujo la idea de ir al cielo. Allá arriba parece que las almas sólo cuentan con un sólo entretenimiento: alabar y cantar himnos a Dios. Por eso en las clases concluía que el pobre debía tener muy mala autoestima. Llegué a pensar que nadie sentía verdadero amor por Dios. Todo era interés, existía el infierno y eso nos aterraba. Todo era un chantaje de la mente divina. Y cuando decía que el Diablo me parecía un ser más genuino, terminaba en la oficina del director donde intentaban sacarme los demonios.

Aún así, pasándome la filosofía cristiana por mis áreas más blancas, siempre gozé de una extraña autoridad sobre toda la facultad del colegio. Allí yo tenía la voz cantante. Fui escalando puestos hasta ser presidenta de la sociedad de honor. La gente, aún consciente de que sólo yo tomaba decisiones y dictaba órdenes, tenían la ilusión de la libre participación... y me miraban todos con recelo, queriendo ser yo.

Ahora no es diferente, sigo siendo una mala persona. Me aprovecho del amor de los demás y por ninguno de ellos siento amor. Siempre me sale todo bien. Yo soy ella, la de las mejores notas, la reconocida, la capaz, la diferente, la original, la que tiene una mente brillante, la del talento, la que todo lo sabe, la respetada, la que todos admiran, la que todos quieren ser.

Pero tanta perfección agobia, así que mudaré la piel. Me convertiré ahora en la misma serpiente que fui antes, sólo que tendré una piel nueva para confundirlos otra vez. Así funciona el arte de engañar. Una se esconde en sus propios instintos y atrae así a las presas que siempre caen. Las palabras se vuelven sogas y cada letra va envolviendo el cuerpo de la presa hasta que chocan los huesos -crack- víctimas de su propia conclusión.

4/07/2007

En el baño...

Si las horas pasaran como debiera ser, entonces nada de esto hubiese ocurrido. El tiempo me ha engañado, me siento perdida en él... Juraría que cuando miré mi reloj por última vez todavía eran las 12:30. Luego pasó algo que no recuerdo; fue como cuando cierras los ojos y aprietas los párpados para relajar la vista; cuando los abres se supone que estes en el mismo lugar que antes de cerrarlos. A mí me pasó diferente, eran las 12:30 se los juro, lo natural era que no hubiese pasado ni un minuto, pero no fue así. No sólo pasaron 7 horas, sino que tampoco estaba en el mismo lugar. Me encontré sóla en un bosque, desnuda, con un f'río increíble. Me sentía muerta, sin vida, completamente drenada...


¿Nunca les ha ocurrido que miran el reloj y ven una hora, luego parpadean, vuelven a mirar y el tiempo ha volado sin que nada pase?A mí sí. Lo vivo a diario. Son como pequeñas lagunas en la memoria. Mi madre siempre me regañaba porque me pasaba horas duchándome. ¡No me jodas mamá, que sólo han sido 20 minutos!

Recuerdo que un día sentada en la sala de mi casa veía la tele. Yo para aquellos tiempos me interesaba en las cosas paranormales y me puse a ver un programa donde salían unos argentinos hablando de raptos; de esos de extraterrestres. Mi mamá estaba conmigo. Contaban que una vez un hombre entró al baño de una discoteca unos minutos antes de que esta cerrara. Conocía al dueño así que estaba en confianza. Cuando salió de dar la meada se encontró con el dueño y otros dos individuos que cuidaban el lugar. Parecían preocupados y le dijeron que había estado tres horas allí metido. ¿Te ha pasado algo? le preguntaron. No. Si sólo estuve 5 minutos.
Esto para que vean que no soy la única que me tardo en el baño.

La discución en el programa continuó luego de la historia. Decían que a aquel hombre lo habían raptado los extraterrestres por eso el tiempo había pasado de forma tan diferente para él. ¿Acaso me raptarán a mí cada vez que me baño? Te lo dije mamá todo es culpa de los extraterrestres...

Lo curioso es que hoy nunca salí del baño. Miro mi reloj. Marca las 7 menos cuarto. No sé qué hago en un bosque, desnuda, tal y como me fui a bañar. La música de Twilight Zone suena en mi cabeza. Tinu ninu tinu ninu tinu nino... así suena. ¿Y yo qué hago aquí?

4/02/2007

La publicidad en Puerto Rico

La publicidad de este país es una mierda. Cuando se trata de alguna producción barata extranjera o del patio ocupa todos los titulares de la prensa; en cambio cuando hay un evento tan importante como Circa 2007 tú ni te enteras.

Circa lleva dos años celebrándose en Puerto Rico y con ápróximadamente sesenta de las más influyentes galerías de arte contemporáneo en el mundo es la feria internacional de arte más importante del Caribe y América Central. A mí me tocó ir para reseñar el evento al igual que una centena de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (Recinto de Río Piedras obvio, las demás universidades del país ni se molestarían). La feria se llevó a cabo en el Centro de Convenciones de Puerto Rico, apenas inagurado hace unos años, que a primera vista es una espectacular obra arquitectónica que simula el movimiento de una ola. Como era de esperarse llegué en el siempre puntual (nótese el tono irónico) servicio de transportación pública del área metro; que de por cierto es el único en la isla y que me dejó esperando casi una hora por la bendita AMA.

Llegué al lugar rodeada de gringos, y no es que sea extraño aquí en Puerto Rico, pero me hubiese gustado más sentir el calor de mi gente. Los demás eran artistas plásticos tanto locales como internacionales, críticos del arte, comerciantes y compradores, periodistas y estudiantes que al igual que yo venían a reseñar. La buena promoción del evento logró que nadie que estuviera directamente relacionado con el arte andara por aquellos lares en calidad de simple espectador.

Una vez dentro se respiraba un ambiente de total exclusividad. La gente se intruducía en las galerías como si una fuerza desconocida los halara. Yo, después de dar una vista general desde la entrada, saqué una pluma y una pequeña libreta de cuero negro que había comprado esclusivamente para la ocasión el día anterior, por eso de hacerme la interesante. Y tomando nota de cada detalle que veía me dejé llevar. Allí encontré instalaciones, medios mixtos, pinturas en canvas y zinc, grabados, escultura, arte urbano y sobre todo mucha fotografía.

En Circa se presentaron aproximadamente 60 galerías de alrededor del mundo. Países como España, Inglaterra, México, Puerto Rico, Colombia, Alemania, Costa Rica y Estados Unidos fueron los más representados. Después de haber visto todas las galerías no me quedó más que concluir que "Puerto Rico lo hace mejor", como decía aquella campaña de turismo hace más de una década. ¡Quién me iba a decir a mí que después de todo la publicidad del país no había fallado! A Circa lo promocionaron con diez años de antelación...

De putas y voces raras

¡Qué de ojos! ¡Qué hermosura!
Voy a contaros la historia de la puta sin nombre; la que no tiene por quién suspirar ni quien suspire por ella. Se llamaba Clemente... ¡Ves, ya la he cagado!
(¡Qué va!, si al principio se perdona todo) ¿Pero quién habla? (Pues yo, que me llamo Clementina además! Ala! Continúa.)

Escribo por escribir... su vida, por supuesto, ¿qué más? A Clemente (¡Clementina!) le pegaron un tiro en la frente cuando caminaba por ahí sóla buscando el peso.
A su paso iba un señor de estos interesantes que te cruzan la mirada y se bajan el sombrero.
Era una de sus peores noches; el señor interesante se le acercaba por el lado. Ella lo tenia todo calculado. Ese día no había hecho ni una triste peseta , así que si éste no tenía intenciones de comerciar con ella, en el momento en que se le fuera más al frente lo atracaría por la espalda. A la pobre le salió todo a la inversa, y la gente ni se ha enterao, en fin, otra puta más.

Caminaba moviendo el cuerpo a ritmo lento y despacio; como si bailara un bolero a media loza. Le llegaba el pelo a la cintura, ¿era ella? ¡Qué más da! Tenía los ojos prendidos en candela, y la piel del color más extraño. Los párpados pintados de azul y los labios rojísimos,¡cómo las putas! Se dejaba calzar por cada cosa (Y tú harías lo mismo si supieras lo que es vivir a merced de otros, ¡Puta!).Unos días llevaba zapatos rojos de escuela; los favoritos del señor diputado... ¡cómo le gustaban las colegialas! Otras veces llevaba puesto unos tacones que le facilitaban mirar por encima de los postes (Pero que exagerada, si no eran tan altos.) Hoy, es decir ahora, llevaba los pies desnudos. Decía que quería caminar libre por primera vez. No le importaban los vidrios que perforaban su piel al caminar, ¡estaba descalza! (Claro, eso me costó que no me ganara ni un duro esa noche.)

¿Y esto por qué lo cuento? (No es muy importante) ¡Ah! ¡Claro! El señor de la mirada interesante. Pues sí, todavía camina por el mismo sitio. Cada vez más cerca. ¿Será un cliente?

Señorita. (¡Qué risa!) ¿No necesita alguien que la calze?
¡Qué dice! ¿Señorita yo? ¿A caso me cuestiona la experiencia?
Perdone usted. Es que la veo descalza.
Le vira la cara como si no fuese con ella y continúa caminando. Una cadera empuja la otra, levita en el aire y sus pies, repletos de vidrios, chocan como castañuelas.

(Siempre hay una voz y una puta al final del blog... ¿no lo han notado? Ya no sé qué escribir, sé que la historia se quedará así, inconclusa, para que ustedes la rellenen. Poco a poco se apaga mi voz, muy lentamente me voy quedando sin palabras. Perdon...)