5/27/2007

Donde hay necesidad de huir...




"Sometimes when I'm alone I wonder

Is there a spell that I'm under,
Keeping me from seeing the real thing?"


Love hurts
Incubus


A veces sola pienso
Que no necesito un vale
Para echar a andar las ganas
De gritarles que me voy

Que no debería espara nada
Porque nada puedo darles

A veces pienso

Que no puedo ser yo

Que quisiera levantarme mañana
Y volar como las mariposas
Sin pensar que en veinticuatro horas
Tendré que morir


Que debería saltar las verjas
Y correr, sólo correr
Hasta que no quede nada
Ningún rincón al que escapar

A veces sola pienso
Que aquí sentada donde estoy
Ya no hay mucho que hacer
Que necesito salir

Que si no escribo me ahogo

Que a veces me ahogo para escribir

Y quizás lo mejor sea eso
Para no tener que pensar sola más

5/25/2007

Lo que escribí mientras te escuchaba cantar... (algo que escribí hace mucho tiempo)


Cuando el mundo cambia sin sentido, de la noche a la mañana, y desnuda te encuentras ante las cosas que antes fueron y que ahora podrían ser, se te vuelve la conciencia. ¡Jamás pensé levantarme de mis cenizas como el ave fénix... como él, como solía hacer yo!
Hace unos días calciné mi cuerpo entero, y el olor a carne quemada se sumaba a los gritos siniestros que mi boca lanzaba, pero todo aquello superaba a penas lo que mi alma sentía. Quería morir de la forma más horrible, la más pura, la más eficiente. Cenizas quedé y como ceniza caí al suelo cuando un viento áspero me devolvió a los cielos. Sentí que me alzaba completa, mi consciencia adherida a las cenizas se esparcía por los aires para buscarte, para desacerse en tí.
Volé con el viento por montes y praderas, me sumergí en las oscuras veredas de un bosque y me bañe con el mar en las aguas de tu alcoba... Y te encontré dormido, inocente, ajeno; tu hombro encendido en fuego. Justo ahí donde dormías reencarne mi cuerpo a través del cristal de un espejo. Y al despertarte y mirar, encontraste tus ojos en los míos. Allí parado frente al cristal que nos dividía, pusiste una mano en el espejo para tocarme y ella sin prisa resbaló por aquella superficie mojada y fue a parar allí, donde estaba yo.
Con mi voz susurre canciones a tu oido y como quien vive añorando la ninez temprana, posaste la cabeza en mi pecho y te quedaste dormido. Yo te arrullaba con palabras encantadas y te adentré en mis sueños. Allí, tu eras lo uno con lo mío y al mirar tu piel verías mi piel.
Yo te fui envolviendo con mis canciones hasta que quedaste preso de mi voz.
Y el momento en que quemándome viva sentí que te a tí te quemaba el mismo fuego, no pude parar de llorar. Mi cuerpo sufrido por las llamas te reclamaba muy adentro; pero el fuego se hizo para separar, para luego unir. Mis cenizas al momento de caer se vieron desprendidas del polvo en tus manos. Y tú te volviste viento y me llevaste a cuestas contigo, a ese bosque, donde quería estar yo...